viernes, 2 de septiembre de 2016

UN CANTOR ESPECIAL: UN KLOK DE 9 PUNTOS.

 Giuseppe Paolo Mignone

         Este artículo tiene un valor documental al hablar de un canario excepcional para la época,  pues en 1960 escuchar un Klok de 6 puntos ya era mucho. Un Klok de 9 puntos era impensable.

         He oído muchos, muchos Malinois, y, sin embargo nunca quedé especialmente sorprendido hasta  que un día, en Bélgica, en 1960, me encontré delante de la jaula abierta del tipo flamenco en la que un Malinois emitió un Klok como nunca había oído hasta entonces.
         No habían pasado muchos minutos desde que entré en la habitación vacía de los jueces, cuando oí su voz, de lo más bello y lo más puro que había escuchado hasta entonces. Me quedé sorprendido y aturdido escuchando aquel canario  que en el impulso de sus emisiones melódicas echaba  la cabeza hacia atrás como hacen los ruiseñores cantando,  llegando a alcanzar la parte posterior de la cabeza. La garganta totalmente relajado, mostró el pico cerrado hacia arriba;  la cabeza un poco reclinada facilitó la perfección de la cadencia, el sello claro, la emisión de las melodías más desafiantes, y permitió que un sonido, una cadencia, un impulso y unas modulaciones inconfundibles.
         El nº 9 (era el nº de su jaula) emitía solamente uno de los tres movimientos del agua, la Klokkende Waterslag: una larga y maravillosa Klok interpretada en dos variaciones temáticas y hábilmente modulada (curvada) en tres tonos, con el apoyo de un esfuerzo persistente, y un sonido brillante, de timbre claro, sin esos silencios que truncan bruscamente el impulso de cantar.
 Me sorprendió y me preguntaba cómo un Malinois podría cantar con tal plenitud y talento. Como un autómata leí la planilla de enjuiciamiento que cuelga de la jaula, según la costumbre flamenca, y me di cuenta de que era uno de los canarios  de Frans De Feyter, de Amberes, que en ese momento emitían numerosas melodías y estrofas de agua sin competencia y todos ellos realizados con maestría en especial el Klok. Con una puntuación de 9  había ganado el premio al mejor Klok y había entrado en el cuadro de honor de los canarios Malinois.
         Este canario fue a mi criadero en Italia, pues el señor De Feyter vio mi asombro sincero y no dudó en cedérmelo. Pero este cantor nunca terminó de sorprenderme.
          Pasó la cuarentena en un pequeño jaulón y luego le introduje en un gran jaulón de vuelo. Me di cuenta de su poderío que le hacía ser superior a los demás.  El número 9 era el rey del voladero. Destacaba sobre todo por su cuello largo y por su vivacidad.
          Un día, mientras estaba en el criadero, de repente oí su canción. Era una melodía bastante rara, con un preludio de Chorr seguido de un hermoso y largo Klok que luego se desvaneció en Fluiten bajas, profundas y moduladas (se le concedió un 7 en Fluiten).  Para un principiante no era fácil darse cuenta de cuánta fuerza poseía para emitir una exhalación que durase tanto tiempo en solo dos estrofas, pero el experto enseguida se da cuenta de su calidad aunque emitiese un  Ophaal (aspiración) y un Tjip, ambos sancionados con un punto negativo.  
         Sus canciones eran muy hermosas por su emisión clara y persistencia y  eran ideales para un principiante que quiere entender la canción malinois. A menudo  se culpa a los  novatos de no entender, pero la verdad es que casi siempre solo han escuchado a  cantores mediocres.
          Pero estas líneas están tomando un tono demasiado triunfalista  con el canto del nº 9, que, después de todo, fue de 91 puntos; y por lo tanto estoy  obligado a contar algo más sobre su virtuosismo vocal que la tarjeta de canto expresa con una impresión de 2 puntos.
          ¿En qué consiste este virtuosismo?  En un excelente y persistente Klok que tuvo su preludio... incluso en el tintineo de un Staaltonen claro, con el fin de dar al oyente la impresión de que la excelente Klok era un desarrollo de las notas tintineantes del Staaltonen. Pero esto es un verdadero triple salto mortal para un cantor, hay un salto vocal extremadamente difícil entre dos contracciones opuestas de la siringe: contracciones altas de los Staaltone y contracciones de la parte baja de la Klokende.
         De este cantante no quedó nada, poco más que la concesión del honor en la puntuación, pero su excepcional  rendimiento y virtuosismo  no se ha transmitido a sus descendientes, por lo menos de una manera visible.
Giuseppe Paolo Mignone