sábado, 16 de mayo de 2015

INFLUENCIA DE LA HEMBRA EN EL CANTO DEL CANARIO MALINOIS
TELL MULESTEIN


        Hay criadores de canarios Malinois que no entienden el valor de las hembras, portadoras con frecuencia de un gran potencial de calidad. Como la hembra no expresa el canto, no es evidente para el criador o el comprador si está ha heredado cualidades o defectos.
        Muchos criadores de Malinois han comprado machos excelentes para emparejar con sus hembras sólo para descubrir que los hijos no fueron de calidad. Consecuentemente dirán: “Mis hembras no ligaron con los machos”, pensando que sus hembras no sirven para la producción de magníficos cantores. Los criadores, decepcionados así, podrían vender toda la descendencia sin comprobar que las hembras podrían tener un gran potencial para producir machos extraordinarios.
        La hembra, que tiene los cromosomas XY, determina el sexo de las crías. Ella pasa uno de éstos a cada pájaro, de tal manera que pasa a sus hijas el cromosoma Y y a sus hijos el cromosoma X. Al pasar el cromosoma X a los machos les podría pasar los caracteres del canto de su padre. Ahora bien, el padre podría ser mediocre o ella podría haber heredado una pobre calidad en el canto a través de los genes complejos del cromosoma del padre. En este caso sería de poco valor, excepto si se le mete algún macho de una línea muy definida y muy correcta.
        Debemos entender que lo necesario para sacar machos excepcionales es refrescar metiendo una buena línea de sangre.
No todos los cruces con otra sangre darán machos superiores, sin embargo las hembras que descienden de padres óptimos suelen ser excelentes portadoras de calidad, aunque sus hermanos sean pura basura, con perdón.
        Muchos criadores no dan a sus hembras las adecuadas oportunidades para probar. Cuando ellas dan hijos malos no es indicativo que tengan poco potencial o ellas sean la causa. Todos los Malinois, tanto machos como hembras, pueden llevar la buena y mala semilla. Por ejemplo, en una nidada de cuatro hermanos puede haber uno o dos excepcionales y los otros dos pueden ser mediocres, incluso malos. También los saltos atrás juegan un papel importante en la cría de todos los animales, así grandes especímenes pueden producir hijos débiles. Pero no debemos olvidar que las hembras transmiten el cromosoma X de su padre, y ellas deberían ser las portadoras de su buena o mala calidad de canto. Si el padre es excepcional, sus hijas deberían echarse a criar aunque los hermanos fueran pobres en canto. Yo nunca selecciono las hembras por el canto de sus hermanos, sino por el de su padre.
        Conozco muchos criadores experimentados, también llamados maestros, que porque en el refresco de sangre no salieron resultados inmediatos, hablo en la primera generación (F1), no se quedaron con ningún pájaro para criar, ni macho ni hembra. Como dice un viejo refrán, “Roma no se hizo en un día”. Las buenas cepas de canto Malinois no se hicieron con el trabajo de una estación. Los criadores expertos tienen planes y objetivos que les llevará el trabajo de varias generaciones.
        Hay una demanda constante de sangre de refresco en todos los criaderos sin tener en cuenta poderosos aspectos negativos, ya que el refresco continuo, al igual que la endogamia, si no es en momentos muy concretos, nos llevará a una degeneración tanto del fenotipo como en el vigor del tono y el canto. El criador tiene que llevar dos o más líneas en su aviario e ir seleccionando ambas clases de sangre con paciencia hasta descubrir la mejor dirección o línea sobre la que concentrarse y así continuar hasta que necesite apoyarse en la otra sangre de nuevo. Ciertos pájaros que transmiten, tanto machos como hembras, aparecerán en escena y una vez que se encuentren deben emplearse a fondo para criar. Aunque la hembra es la que tiene la llave para producir excelentes cantores y es la que tiene el potencial para sus descendientes masculinos, existen ciertos machos dominantes que sacan buenos hijos con casi cualquier hembra. Una vez que un criador posea un pájaro de estas condiciones debe utilizarlo para concentrar en él la línea de cría, y sus hijas también deben estar predispuestas para sacar grandes descendientes.


        Ya que la hembra es la gran desconocida debe ser probada varias veces. No es justo juzgarla por los resultados de una sola temporada. Un criador sabio pondrá a una hembra con varios machos y encontrará que ciertas familias de hembras van bien con otras familias de machos. Tampoco podemos estar seguros que los resultados de acoplamientos repetidos producirán siempre lo mismo, ya que la mayoría de nuestros pájaros son algo heterocigóticos y contienen muchos factores genéticos desconocidos, así algunas parejas pueden producir un descendiente excepcional y repitiendo no volvemos a conseguir ninguno incluso en otras temporadas. Decimos, quizás exagerando un poquito, que los Malinois excepcionales vienen uno entre mil; pero uno es bastante afortunado si saca uno por temporada, el cual debe ser el pájaro sobre el que hay que centrar la cría y nos debemos sentir recompensados con esto, a este ejemplar se le deben meter varias hembras y sus hijas deben conservarse todas para criar en esta u otra estación.
        Un amigo,  gran criador, siempre decía: “Yo solamente juzgo a la hembra por el padre; pero eso sí, tiene que ser probada más de una vez, en distintos años y con más de un macho”. Me inclino por el criador que con paciencia y habilidad confía en el potencial de sus hembras en lugar de orientarse solamente por el canto de los machos. La hembra, hasta que no se pruebe, es un misterio. Se espera que los grandes criadores conozcan el potencial de sus hembras; pero esto no significa que cada hembra sea un seguro, también puede suceder al contrario, hay hembras que nunca producirán calidad. Si sus padres son duros, sin agua o con flautas de muy baja calidad, lo más probable es que transmitan estos defectos a sus generaciones futuras y esto podría sucederle a cualquiera que se quede con alguna hembra que ha degenerado en manos de otro criador y no lo sepa.
        Recuerde, la producción de buenos Malinois es un proceso de selección y planteamiento. La selección de la hembra, maravillosamente misteriosa, debe ser lo más importante. Generalizando, ella es el factor dominante en la producción de los mejores pájaros, mientras que el macho, a menos que él sea dominante, es el responsable de producir excelentes madres. Nunca seleccione a las hembras por el canto de sus hermanos porque su herencia es, o puede ser, absolutamente diferente.
        Cuando uno no obtiene los resultados deseados, tiene que quedarse siempre con sus propias hembras siempre que sean hijas de machos excepcionales; pero si hay mucha degeneración en la cría hay que empezar de nuevo. El hecho de que en cierta ocasión un poco de consanguinidad sea bueno no significa que se pueda continuar indefinidamente criando sin necesidad de refrescar; absolutamente al contrario, si la cría ha durado demasiados años sin meter sangre nueva, se puede haber llegado a degenerar tanto que nos encontremos en un punto sin retorno. Entonces ya será demasiado tarde y cualquier esfuerzo para sacar pájaros de calidad resultará inútil.
        Habrá seguramente machos y hembras dominantes en la estirpe de cada criador, y cuando se encuentren deben ser empleados sabiamente en producir una línea fundada en su sangre. Tengo personalmente tres hembras cuya sangre será encontrada en al menos el 75% de mis canarios, e incluso cuando introduzco sangre nueva las mezclo para continuar con esta línea de cría.
        El criador que se preocupe tiene que estudiar el pedigrí de sus hembras misteriosas de modo que no elimine de su programa a hembras con un gran potencial. También muchos venden equivocadamente a las mejores, creyendo que no tienen ningún valor sólo porque sus hermanos no han salido buenos.
        Es una lástima el número de hembras que se pierden debido a la ignorancia de los criadores, tanto principiantes como experimentados. Estudie los ascendientes, especialmente el canto del padre, y empléela en un programa de cría concienzudo.
Si después de varios intentos o varios acoplamientos no produjese hijos de calidad es probable que sea debido a ella misma. Sin embargo si lleva la buena semilla lo más seguro es que produzca excelentes machos e hijas dignas de ser puestas a criar. Su color, su tamaño y su llamada no son importantes, aunque padres con buen tamaño y fenotipo pueden ser un activo importante en la calidad del físico y la pluma.