LA ELECCIÓN DE LAS
HEMBRAS – 2
Emanuele Spagnolo
Este artículo es una respuesta o comentario al artículo
aparecido con anterioridad titulado LA ELECCIÓN DE LAS HEMBRAS.
He leído y releído con mucha atención el escrito de Toni
Zurlo y he reflexionado mucho sobre aquellas partes que me parecían de más
difícil digestión. Ahora me gustaría hacer algún tipo de razonamiento en voz
alta sobre las conclusiones a que he llegado con el fin de hacer juntos un
examen o tener la oportunidad de comenzar una discusión acerca de estas mis
conclusiones.
En primer lugar, una premisa: que todos los canarios que se
reproducen hoy en día son, sin duda, el resultado de mutaciones y selecciones posteriores;
algunas mutaciones son dominantes, y otras recesivas; cualquiera que sea su
naturaleza, son ciertamente menos eficientes que la de tipo salvaje: un canario
verde con rayos tiene una mejor oportunidad de supervivencia que unos de un
color amarillo o blanco, porque la mejor capacidad de camuflaje le oculta de
los depredadores; un plumaje canario corto y bien ajustada "funciona
" mejor que un plumaje abundante, rizado y con uñas de sacacorchos; un canario cuyo canto es alto y
chillón es capaz de definir el territorio, atraer a las hembras y alejar a los
machos rivales más eficazmente que un canario de un canto bajo y acuoso. Esto nos dice que si
no hacemos una presión selectiva
constantemente artificial en nuestros canarios, inevitablemente tienden a
perder los caracteres deseados a favor de los de tipo salvaje: si ponemos diez
pares de parisinos en un gran aviario y los dejamos durante unos años sin
intervenir en la reproducción, tendremos ejemplares menos rizados y mucho más pequeños.
Una segunda premisa: pongámonos de acuerdo sobre la
terminología. Los caracteres de los canarios pueden ser de dos tipos, cualitativos
(o mendelianos) y cuantitativos. Los primeros son la expresión de un único par de genes, cuya
presencia o ausencia genera una característica fenotípica o no; el color blanco
dominante es un claro ejemplo: si el canario es un portador del gen
"blanco dominante" su expresión del lipocromo se inhibirá y tendremos
un canario blanco. Los rasgos cuantitativos son el resultado de la combinación
de muchos genes que contribuyen a la manifestación fenotípica como un todo: la
canción seguramente cae dentro de esta segunda categoría, concurriendo a su manifestación
de las estructuras de la siringe, los centros nerviosos que regulan la
expresión de canto, la capacidad de aprender, la naturaleza del canario, y así
sucesivamente.
La transmisión de estos caracteres (tanto cualitativos como cuantitativos) se
lleva a cabo de acuerdo a las leyes específicas que son más o menos conocidos
por todos:
- Dominancia: ocurre cuando un solo gen hace que se manifieste la
característica que porta. Un ejemplo es el caso ya mencionado del blanco
dominante, que inhibe la expresión del color amarillo, aunque solo hay un gen
del color blanco.
-
Recesividad:
es la otra cara de la moneda: el gen debe estar presente en una dosis doble, en
los dos cromosomas, para expresarse. Por
ejemplo el blanco recesivo solo se
manifiesta si tiene el gen blanco en los dos cromosomas; si sólo hay un gen el
color será el amarillo portador de blanco (o rojo, o marfil).
-
Codominante: es cuando
dos genes alelos no son capaces de eliminar el mensaje de otros dos, por lo que
se da una expresión de los dos. Por ejemplo, cruzando un canario amarillo con
otro verde nos salen hijos pintones, ya que los genes que regulan el amarillo y
los que regulan el verde, tienen “la
misma fuerza”.
-
La penetrancia: expresa la
fuerza de un gen , o su capacidad para manifestarse en el fenotipo cuando está
presente en el genotipo. Un gen que
tenga, por ejemplo, una penetrancia del 60%, indica que solo se manifestará en
el 60% de las crías y en el otro 40% no, aunque lo lleven en su código
genético. Esta variabilidad de la
expresión de un gen que está presente, pero que a veces no se expresa o se
expresa a medias, puede ayudar a explicar el "salto de generación ",
o por qué una determinada característica puede desaparecer de repente en un plantel
para reaparecer en la descendencia.
Hablar de caracteres dominantes y recesivos en el
Malinois, es una tarea de enormes proporciones, ya que la canción es el
resultado de la interacción de muchos factores, principalmente genéticos, y
también ambientales. En la canaricultura de color es necesario conocer el modo
de transmisión de caracteres, pero también es fácil, ya que se trata de rasgos
mendelianos cualitativos: el color blanco, marfil, ágata, isabela, topacio,
pastel, etc. o existen o no existen y el canaricultor agricultor debe tener
claro que variedad desea criar, y debe estar familiarizado con las leyes de
Mendel pares cuando empareja a sus canarios, buscando en el registro de cría, que ejemplares son los
portadores de rasgos recesivos o de rasgos ligados al sexo. El Malinois es un
asunto diferente: no hay caracteres mendelianos simples en juego, sino que son rasgos multifactoriales.
En cuanto a mí, a pesar de la certeza de la existencia de
las leyes de Mendel también en la canaricultura de canto, aplicó este sencillo argumento: "Si el
Klokende típico es recesivo o dominante no importa: tengo ejemplares que lo
emiten muy bien y en el transcurso de varias generaciones aumentará el grado de homocigosis para ese
carácter de modo que finalmente voy a conseguir una cepa con una buena Klokende.
Me comportaré de una manera similar para los otros giros y escogeré a los ejemplares
que expresen con más calidad esos giros. De este modo aplico una presión
selectiva artificial a mis canarios,
excluyendo de la reproducción a los machos menos válidos. ¿Y cómo escojo las
hembras? Cómo se hace desde siempre: hermanas, hijas, y especialmente las
madres de los mejores machos, con la esperanza de encontrar hembras
transmisoras (hembras que transmitan esos caracteres).
Un intento para localizarlas es emparejar pocos machos y
muchas hembras, construyendo así una red, en la que se pone en las columnas a
los machos y en las filas a las hembras: en los cuadros generados por la
intersección de filas y columnas se apuntarán los números de anillas de los hijos,
si usted tiene los mejores ejemplares en una columna tendrá un potencial
transmisor masculino, si los mejores ejemplares están alineados en una fila, esa hembra es candidata
para el título de transmisora.
Este es el modo de proceder de la mayoría de los criadores:
aplicar una presión selectiva artificial para conseguir al final un criadero
uniforme, en el cual después de unos años, desde el punto de vista de la
información genética, un hembra vale más o menos que otra, y siendo todas ellas
representativos del valor medio del criadero que se ha construido.
Sigo convencido de la bondad de este método, pero el
hecho de que un criador del calibre de Zurlo hable de "apertura de puertas aún no imaginado" me ha llevado a creer que debe haber un paso más que se debe
tomar. He leído y releído el artículo y he pensado en ello durante mucho
tiempo, hasta que, de repente se me
encendió una luz en la cabeza. No sé si lo he comprendido, pero ésta es la idea
que me he hecho.
Todos hemos intentado varias veces emparejar un macho de
un stam o criadero con una hembra de otro stam, a menudo con resultados
decepcionantes; pero al menos una vez, creo que nos ha pasado a todos que de un emparejamiento como ese, nos hemos
encontrado con asombro frente a unos pollo que cantaban de una manera similar a
la del padre, como si la hembra no
hubiese contribuido en nada a la canción de sus hijos; algunos incluso han
pensado que es el macho el que transmite la canción y en consecuencia han
gastado fortunas para tener grandes cantores, que es poco probable que den
buenos resultados. En realidad en el resultado de este acoplamiento hay que
dejar claro que el macho tenía un canto dominante respecto a la hembra: de
hecho, acoplando entre sí a los hermanos
habrían sido obtenidas ejemplares que, teóricamente, se habrían distribuido en
una amplia variedad, que tendría un extrema a un individuo que cantase exactamente igual que el stam de su abuelo, y en
el otro extremo un ejemplar con la canción muy similar a la del stam de la
abuela; en el medio hay toda una
gradación de ejemplares intermedios; debido a que de una pareja no se obtienen
cientos de canarios necesarios para realizar una estadística significativa,
sino solo unas pocas unidades, en alguna ocasión habremos sido capaces de
observar en la realidad sólo el resurgimiento de las frases de canto del stam
de su abuela. Entonces hemos tenido la reaparición de caracteres recesivos que
se han convertido en homocigóticos (como los genes recesivos de los canarios de
color, cuando se aparean los portadores).
Si un criador pudiese localizar y aislar en su stam dos
líneas distintas que actúan en relación de dominante y recesiva la una respecto
a la otra, posiblemente veríamos abrirse un mundo impensable: la aplicación de criterios
científicos, no en los individuos sino en las poblaciones. La creación de una
línea femenina, si se tiene éxito, va a determinar el éxito constante en las exposiciones.
En primer lugar querría precisar, permítanme decir que creo que los factores
dominantes y recesivos tienen sobre todo
un valor relativo para una única pareja y pueden dar excelentes resultados sólo
con aquellos canarios que son bien conocidos. En otras palabras, si un año
tenemos la suerte de ver nacer un campeón en nuestro criadero (hay cosas que
pueden suceder ¡sin previo aviso!) es totalmente inútil llamar a Zurlo para
pedirle cinco hembras recesivas para emparejarlas: no creo que vayamos a conseguir
muchos hijos que sean similares al padre campeón. La línea dominante y la línea recesiva
son para verlas en la óptica o perspectiva de un stam o criadero; son una
manera de hacer la selección que tiene como objetivo la producción constante de
ejemplares de exposición de alta calidad.
Permítanme concluir examinándolas implicaciones
prácticas de lo que he escrito, tanto para aclarar mi pensamiento, y para
confirmar que he entendido el artículo Zurlo. Lo haré respondiendo a esta
pregunta: ¿conviene criar canarios teniendo en cuenta los caracteres dominantes
y recesivos, hasta el punto de construir una línea femenina?
¡Depende del criador! Para alguien como yo, que tiene
poca experiencia, un oído no demasiado fino, unas pocas parejas, poco espacio y
poco tiempo, probablemente no: es más fácil limitarse a los métodos tradicionales,
conseguir experiencia, tratar de enriquecerse culturalmente y conformarse con
la alegría de las eclosiones, del canto no excepcional de sus canarios y de
esas pequeñas mejoras que los canarios pueden lograr año tras año; para los
resultados de prestigio los tiempos no están maduros.
Muy diferente es el caso del gran criador, grande no sólo
por el número de parejas o por los logros conseguidos, sino también por una
gran pasión, la sensibilidad, la intuición, la capacidad de tomar decisiones y
la osadía de volver a intentarlo, incluso cuando parece que han logrado los
mejores resultados. Un criador de esta clase conoce a sus canarios al derecho y
al revés y elige los ejemplares para la reproducción sin dudar. Puede construir una
línea femenina recesiva y otra de machos dominantes porque sabe el modo de
transmisión de los diversos giros en sus canarios, y cuales se comportan como
dominantes y cuales como recesivos. El criador de
Malinois obtiene los reproductores por cruzamiento: línea masculina dominante X
hembra recesiva, ya seguro del resultado, canarios con el timbre paterno, pero con algo más proporcionado por esta
heterocigosis programada y no casual. Como hacemos cuando mezclamos ejemplares
de criaderos o stam diferentes. Los ejemplares obtenidos de estos acoplamientos
son los que se deben destinar a los concursos.
Y entonces año tras años, los mejores
ejemplares se utilizan en parte para mantener al máximo nivel las dos líneas
homocigóticas y en parte para obtener ejemplares de concurso. Si he entendido
bien, nos estamos moviendo en un nivel científico muy elevado, que tiene en
cuenta la variabilidad de las poblaciones y que está lejos de la problemática
de los pequeños criadores que tenemos dificultar para escoger el mejor entre
dos hermanos.