martes, 29 de abril de 2014

LA ELECCIÓN DE LAS HEMBRAS – 2
Emanuele  Spagnolo

Este artículo es una respuesta o comentario al artículo aparecido con anterioridad titulado LA ELECCIÓN DE LAS HEMBRAS.


He leído y releído con mucha atención el escrito de Toni Zurlo y he reflexionado mucho sobre aquellas partes que me parecían de más difícil digestión. Ahora me gustaría hacer algún tipo de razonamiento en voz alta sobre las conclusiones a que he llegado con el fin de hacer juntos un examen o tener la oportunidad de comenzar una discusión acerca de estas mis conclusiones.
En primer lugar, una premisa: que todos los canarios que se reproducen hoy en día son, sin duda, el resultado de mutaciones y selecciones posteriores; algunas mutaciones son dominantes, y otras recesivas; cualquiera que sea su naturaleza, son ciertamente menos eficientes que la de tipo salvaje: un canario verde con rayos tiene una mejor oportunidad de supervivencia que unos de un color amarillo o blanco, porque la mejor capacidad de camuflaje le oculta de los depredadores; un plumaje canario corto y bien ajustada "funciona " mejor que un plumaje abundante, rizado y con uñas de  sacacorchos; un canario cuyo canto es alto y chillón es capaz de definir el territorio, atraer a las hembras y alejar a los machos rivales más eficazmente que un canario de  un canto bajo y acuoso. Esto nos dice que si no hacemos  una presión selectiva constantemente artificial en nuestros canarios, inevitablemente tienden a perder los caracteres deseados a favor de los de tipo salvaje: si ponemos diez pares de parisinos en un gran aviario y los dejamos durante unos años sin intervenir en la reproducción, tendremos ejemplares menos rizados y  mucho más pequeños.
Una segunda premisa: pongámonos de acuerdo sobre la terminología. Los caracteres de los canarios pueden ser de dos tipos, cualitativos (o mendelianos) y cuantitativos. Los primeros son  la expresión de un único par de genes, cuya presencia o ausencia genera una característica fenotípica o no; el color blanco dominante es un claro ejemplo: si el canario es un portador del gen "blanco dominante" su expresión del lipocromo se inhibirá y tendremos un canario blanco. Los rasgos cuantitativos son el resultado de la combinación de muchos genes que contribuyen a la manifestación fenotípica como un todo: la canción seguramente cae dentro de esta segunda categoría, concurriendo a su manifestación de las estructuras de la siringe, los centros nerviosos que regulan la expresión de canto, la capacidad de aprender, la naturaleza del canario, y así sucesivamente.

La transmisión de estos caracteres  (tanto cualitativos como cuantitativos) se lleva a cabo de acuerdo a las leyes específicas que son más o menos conocidos por todos:
-     Dominancia: ocurre cuando un solo gen hace que se manifieste la característica que porta. Un ejemplo es el caso ya mencionado del blanco dominante, que inhibe la expresión del color amarillo, aunque solo hay un gen del color blanco.
-      Recesividad: es la otra cara de la moneda: el gen debe estar presente en una dosis doble, en los dos cromosomas,  para expresarse. Por ejemplo el blanco recesivo  solo se manifiesta si tiene el gen blanco en los dos cromosomas; si sólo hay un gen el color será el amarillo portador de blanco (o rojo, o marfil).
-     Codominante: es cuando dos genes alelos no son capaces de eliminar el mensaje de otros dos, por lo que se da una expresión de los dos. Por ejemplo, cruzando un canario amarillo con otro verde nos salen hijos pintones, ya que los genes que regulan el amarillo y los que regulan el verde, tienen “la misma fuerza”.
-         La penetrancia: expresa la fuerza de un gen , o su capacidad para manifestarse en el fenotipo cuando está presente en el genotipo. Un  gen que tenga, por ejemplo, una penetrancia del 60%, indica que solo se manifestará en el 60% de las crías y en el otro 40% no, aunque lo lleven en su código genético.  Esta variabilidad de la expresión de un gen que está presente, pero que a veces no se expresa o se expresa a medias, puede ayudar a explicar el "salto de generación ", o por qué una determinada característica puede desaparecer de repente en un plantel para reaparecer en la descendencia.
Hablar de caracteres dominantes y recesivos en el Malinois, es una tarea de enormes proporciones, ya que la canción es el resultado de la interacción de muchos factores, principalmente genéticos, y también ambientales. En la canaricultura de color es necesario conocer el modo de transmisión de caracteres, pero también es fácil, ya que se trata de rasgos mendelianos cualitativos: el color blanco, marfil, ágata, isabela, topacio, pastel, etc. o existen o no existen y el canaricultor agricultor debe tener claro que variedad desea criar, y debe estar familiarizado con las leyes de Mendel pares cuando empareja a sus canarios, buscando  en el registro de cría, que ejemplares son los portadores de rasgos recesivos o de rasgos ligados al sexo. El Malinois es un asunto diferente: no hay caracteres mendelianos simples en  juego, sino que son rasgos multifactoriales.
En cuanto a mí, a pesar de la certeza de la existencia de las leyes de Mendel también en la canaricultura de canto,  aplicó este sencillo argumento: "Si el Klokende típico es recesivo o dominante no importa: tengo ejemplares que lo emiten muy bien y en el transcurso de varias generaciones  aumentará el grado de homocigosis para ese carácter de modo que finalmente voy a conseguir una cepa con una buena Klokende. Me comportaré de una manera similar para los otros giros y escogeré a los ejemplares que expresen con más calidad esos giros. De este modo aplico una presión selectiva artificial a mis  canarios, excluyendo de la reproducción a los machos menos válidos. ¿Y cómo escojo las hembras? Cómo se hace desde siempre: hermanas, hijas, y especialmente las madres de los mejores machos, con la esperanza de encontrar hembras transmisoras (hembras que transmitan esos caracteres).
Un intento para localizarlas es emparejar pocos machos y muchas hembras, construyendo así una red, en la que se pone en las columnas a los machos y en las filas a las hembras: en los cuadros generados por la intersección de filas y columnas se apuntarán los números de anillas de los hijos, si usted tiene los mejores ejemplares en una columna tendrá un potencial transmisor masculino, si los mejores ejemplares  están alineados en una fila, esa hembra es candidata para el título de transmisora.
Este es el modo de proceder de la mayoría de los criadores: aplicar una presión selectiva artificial para conseguir al final un criadero uniforme, en el cual después de unos años, desde el punto de vista de la información genética, un hembra vale más o menos que otra, y siendo todas ellas representativos del valor medio del criadero que se ha construido.
Sigo convencido de la bondad de este método, pero el hecho de que un criador del calibre de Zurlo hable de "apertura de  puertas aún no imaginado" me ha llevado  a creer que debe haber un paso más que se debe tomar. He leído y releído el artículo y he pensado en ello durante mucho tiempo, hasta que, de repente  se me encendió una luz en la cabeza. No sé si lo he comprendido, pero ésta es la idea que me he hecho.
Todos hemos intentado varias veces emparejar un macho de un stam o criadero con una hembra de otro stam, a menudo con resultados decepcionantes; pero al menos una vez, creo que nos ha pasado a todos  que de un emparejamiento como ese, nos hemos encontrado con asombro frente a unos pollo que cantaban de una manera similar a la del padre, como si la hembra no hubiese contribuido en nada a la canción de sus hijos; algunos incluso han pensado que es el macho el que transmite la canción y en consecuencia han gastado fortunas para tener grandes cantores, que es poco probable que den buenos resultados. En realidad en el resultado de este acoplamiento hay que dejar claro que el macho tenía un canto dominante respecto a la hembra: de hecho, acoplando entre sí a  los hermanos habrían sido obtenidas ejemplares que, teóricamente, se habrían distribuido en una amplia variedad, que tendría un extrema a un individuo que cantase  exactamente igual que el stam de su abuelo, y en el otro extremo un ejemplar con la canción muy similar a la del stam de la abuela;  en el medio hay toda una gradación de ejemplares intermedios; debido a que de una pareja no se obtienen cientos de canarios necesarios para realizar una estadística significativa, sino solo unas pocas unidades, en alguna ocasión habremos sido capaces de observar en la realidad sólo el resurgimiento de las frases de canto del stam de su abuela. Entonces hemos tenido la reaparición de caracteres recesivos que se han convertido en homocigóticos (como los genes recesivos de los canarios de color, cuando se aparean los portadores).
Si un criador pudiese localizar y aislar en su stam dos líneas distintas que actúan en relación de dominante y recesiva la una respecto a la otra, posiblemente veríamos abrirse un mundo  impensable: la aplicación de criterios científicos, no en los individuos sino en las poblaciones. La creación de una línea femenina, si se tiene éxito, va a determinar el éxito constante en las exposiciones. En primer lugar querría precisar, permítanme decir que creo que los factores dominantes y recesivos  tienen sobre todo un valor relativo para una única pareja y pueden dar excelentes resultados sólo con aquellos canarios que son bien conocidos. En otras palabras, si un año tenemos la suerte de ver nacer un campeón en nuestro criadero (hay cosas que pueden suceder ¡sin previo aviso!) es totalmente inútil llamar a Zurlo para pedirle cinco hembras recesivas para emparejarlas: no creo que vayamos a conseguir muchos hijos que sean similares al padre  campeón. La línea dominante y la línea recesiva son para verlas en la óptica o perspectiva de un stam o criadero; son una manera de hacer la selección que tiene como objetivo la producción constante de ejemplares de exposición de alta calidad.
 Permítanme concluir examinándolas implicaciones prácticas de lo que he escrito, tanto para aclarar mi pensamiento, y para confirmar que he entendido el artículo Zurlo. Lo haré respondiendo a esta pregunta: ¿conviene criar canarios teniendo en cuenta los caracteres dominantes y recesivos, hasta el punto de construir una línea femenina?
¡Depende del criador! Para alguien como yo, que tiene poca experiencia, un oído no demasiado fino, unas pocas parejas, poco espacio y poco tiempo, probablemente no: es más fácil limitarse a los métodos tradicionales, conseguir experiencia, tratar de enriquecerse culturalmente y conformarse con la alegría de las eclosiones, del canto no excepcional de sus canarios y de esas pequeñas mejoras que los canarios pueden lograr año tras año; para los resultados de prestigio los tiempos no están maduros.
Muy diferente es el caso del gran criador, grande no sólo por el número de parejas o por los logros conseguidos, sino también por una gran pasión, la sensibilidad, la intuición, la capacidad de tomar decisiones y la osadía de volver a intentarlo, incluso cuando parece que han logrado los mejores resultados. Un criador de esta clase conoce a sus canarios al derecho y al revés y elige los ejemplares para la  reproducción sin dudar. Puede construir una línea femenina recesiva y otra de machos dominantes porque sabe el modo de transmisión de los diversos giros en sus canarios, y cuales se comportan como dominantes y cuales como recesivos. El criador de Malinois obtiene los reproductores por cruzamiento: línea masculina dominante X hembra recesiva, ya seguro del resultado, canarios con el timbre paterno, pero con algo más proporcionado por esta heterocigosis programada y no casual. Como hacemos cuando mezclamos ejemplares de criaderos o stam diferentes. Los ejemplares obtenidos de estos acoplamientos son los que se deben destinar a los concursos.
Y entonces año tras años, los mejores ejemplares se utilizan en parte para mantener al máximo nivel las dos líneas homocigóticas y en parte para obtener ejemplares de concurso. Si he entendido bien, nos estamos moviendo en un nivel científico muy elevado, que tiene en cuenta la variabilidad de las poblaciones y que está lejos de la problemática de los pequeños criadores que tenemos dificultar para escoger el mejor entre dos hermanos.

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