LA CRÍA DE CAMPEONES
Interesante artículo traducido de una
página italiana, de dirección para mí desconocida, cuyo autor es Emanuele.
Supongamos
que alguien, movido por la curiosidad y
por la fascinación del canto, decide empezar la cría de esta raza y participar
inmediatamente en los concursos ¿Con qué ejemplares debe empezar? Siguiendo los
consejos de Zingoni (que sigue siendo el autor de nuestra biblia con su libro
Canaricoltura) comprará a un criador que le inspire confianza un magnífico
macho (válido por lo menos como su padre), la madre y una hermana e iniciará su
aventura de criador de canarios de canto. El futuro criador puede querer
exagerar y comprar el equipo ganador del Campeonato Italiano o de Reggio Emilia
y diez canarios del mismo criador diversamente emparentados con los
campeones. Si tiene dinero para gastar
puede ir a Bélgica y comprar los mejores ejemplares del criador más famoso. Al
año siguiente en teoría debería separar el mundo, pero a menudo, aunque obtenga algunos buenos ejemplares, no
verá nacer un campeón. Pero nuestro novel criador es testarudo y empareja entre
sí los canarios obtenidos. Pedirá consejo a los expertos y alguno le dirá: a la
fuerza, el camino de la consanguinidad es largo y al inicio hay muchos
ejemplares a descartar. Continúa así y verás los resultados. Algún otro le dirá: a la fuerza, utilizando siempre la consanguinidad, los canarios se debilitan,
aparecen taras y se pierde la canción. En este punto el criador novel se
siente muy confuso y hará lo que hemos hecho muchos criadores: comprar un nuevo
ejemplar, un nuevo campeón y volver a empezar.
De hecho
esta es a menudo la manera en que actuamos: compramos el mejor canario posible,
lo ponemos a criar, sacamos algunos buenos hijos, pero al año siguiente
"volvemos" al punto de partida.
¿Por qué
ocurre esto? No lo sé. Pero yo tengo mi hipótesis que voy a tratar de expresar.
El campeón es el punto de llegada, la meta, el objetivo final. Pretendemos que
en nuestro criadero sea el punto de partida.
Esto es un
gran error: el ejemplar excepcional es un suceso esporádico; es el ejemplar
capaz de expresar el equilibrio entre los giros más profundos y ricos de
resonancias acuosas y los metálicos y aflautados; es un compromiso exitoso
entre la dulzura, potencia e imaginación, sin errores y con mucho valor. Ese canario
ya está en lo más alto y sus hijos no podrán ser mejores.
Pudiera provenir
de una estirpe y entonces llevaría las características del criadero: por
ejemplo, tomemos mi pequeño criadero; está constituido en su mayor parte por
canarios consanguíneos, con buenas flautas y staaltonen, pocos sonidos de agua
(en particular poca o ninguna Klokende y algunos ejemplares con un giro
intermedio entre Klok y Bol) y algunos defectuosos (agudos en exceso);
ciertamente estoy tratando de mejorar y puede ser que con un golpe de suerte nazca
(a lo mejor ya está en el jaulón) un canario equilibrado, sin defectos y
completo, que obtenga 120 puntos. ¿De verdad creen que sus hijos obtendrían la
misma puntuación? Creo que no: echándole
con una prima o una tía me daría unos hijos con buenas flautas y sonidos
metálicos, poco agua y agua defectuosa, tal vez con un valor medio de los hijos
ligeramente más alto que los restantes pájaros del criadero. Si este canario
estuviese en manos de otro criador que ha seleccionado sus ejemplares en el
canto profundo y suave, con bellas ruladas y una buena Klokende suave y curvada,
en la próxima generación se encontraría de repente con unos ejemplares que le
provocarían una gran desilusión y consideraría totalmente inadecuada la
adquisición que hizo.
Pero los
campeones no nacen solo como resultado de la selección en un criadero: pueden
nacer de un cruce casual: compro una hembra en el mercado, la pongo con un
macho y entre varios hermanos mediocres nace uno que da 120 puntos. Aquí es
imposible hacer predicciones, pero ciertamente este ejemplar llevará en el
genotipo información muy diversa que en la meiosis se repartirá casualmente y
se distribuirá en los hijos al azar, produciendo ejemplares más similares los
unos a los otros que a sus padres.
Pero los
campeones nacen también en otros criaderos llevados racionalmente sin usar la
consanguinidad ni los emparejamientos casuales. ¿Cómo hacen estos criadores para
sacar campeones? Tal vez tengan un secreto para reconocer a los ejemplares
portadores de la información genética necesaria para sacar un campeón, pero que
son ejemplares aparentemente normales, sin grandes cualidades: son los canarios
que llamamos “canarios de trabajo”, a menudo excelentes en alguna característica,
pero que carecen de otras; son canarios de fenotipo mediocre, pero que tienen
alguna cosa extra que marca de una forma que no se puede borrar a su
descendencia, produciendo campeones. Son los llamados trasmisores (en italiano
se llaman razadores porque trasmiten las características de la raza).
Es opinión extendida en el club italiano del
Malinois que en Bélgica se usa un sistema en el que por un lado se crían los canarios
que servirán como reproductores y por otro los que darán los campeones. Puede ser
que realicen cruzamientos con los Harzer Roller siguiendo esquemas específicos,
o que se construyan de alguna otra forma los portadores de genes que darán
campeones; o también sacando cientos y cientos de canarios partiendo siempre de
ejemplares de calidad, y por las leyes de los grandes números obtener siempre
algunos muy buenos. No lo sabemos, pero recuerdo que uno de los propósitos de
la investigación que se lleva a cabo en el club italiano del Malinois es tratar
de averiguar si hay un sistema racional de cría que pueda conducir a la mejora
de nuestros criaderos sin el uso de la consanguinidad.
Quién ha
tenido la paciencia de leer hasta aquí debe estar preguntándose lo que vale la
pena comprar desde mi punto de vista. Hasta que la investigación en curso nos
pueda proporcionar consejos útiles, sin duda se puede comprar un campeón, sabiendo
que sus hijos no saldrán todos campeones (lo más probable es que no salga
ninguno), pero introducirá en nuestro criadero un número de genes deseables;
pero podemos conseguir un resultado similar a un menor costo al adquirir el
hermano del campeón, teniendo cuidado en este caso, de observar que el ejemplar
sea excelente en los giros más débiles
en nuestro criadero y que no muestre evidentes defectos "contagiosas".
Otra alternativa es confiar en el criador a quien se compra, tratando de
convencerle para que nos ceda algún canario ya probado como reproductor y cuyos hijos sean excelentes en los giros en los que los
canarios de nuestro criadero son más flojos.
Por
supuesto, la ventajas que tiene el campeón es que sería el mejor maestro para
el canario principiante; cantando en nuestra presencia, podría llenarnos de
esas sensaciones agradables que todos tenemos presentes y que no se pueden
explicar a aquellos que no comparten nuestra pasión y que no sienten lo más
mínimo el disfrute interno de escuchar el canto del Malinois.
Emanuele