domingo, 14 de septiembre de 2014

LA CRÍA DE CAMPEONES
         Interesante artículo traducido de una página italiana, de dirección para mí desconocida, cuyo autor es  Emanuele.
         Supongamos que alguien, movido por la curiosidad  y por la fascinación del canto, decide empezar la cría de esta raza y participar inmediatamente en los concursos ¿Con qué ejemplares debe empezar? Siguiendo los consejos de Zingoni (que sigue siendo el autor de nuestra biblia con su libro Canaricoltura) comprará a un criador que le inspire confianza un magnífico macho (válido por lo menos como su padre), la madre y una hermana e iniciará su aventura de criador de canarios de canto. El futuro criador puede querer exagerar y comprar el equipo ganador del Campeonato Italiano o de Reggio Emilia y diez canarios del mismo criador diversamente emparentados con los campeones.  Si tiene dinero para gastar puede ir a Bélgica y comprar los mejores ejemplares del criador más famoso. Al año siguiente en teoría debería separar el mundo, pero a menudo,  aunque obtenga algunos buenos ejemplares, no verá nacer un campeón. Pero nuestro novel criador es testarudo y empareja entre sí los canarios obtenidos. Pedirá consejo a los expertos y alguno le dirá: a la  fuerza, el camino de la consanguinidad es largo y al inicio hay muchos ejemplares a descartar. Continúa así y verás los resultados.  Algún otro le dirá: a la fuerza, utilizando siempre la consanguinidad, los canarios se debilitan, aparecen taras y se pierde la canción. En este punto el criador novel se siente muy confuso y hará lo que hemos hecho muchos criadores: comprar un nuevo ejemplar, un nuevo campeón y volver a empezar.
         De hecho esta es a menudo la manera en que actuamos: compramos el mejor canario posible, lo ponemos a criar, sacamos algunos buenos hijos, pero al año siguiente "volvemos" al punto de partida.
         ¿Por qué ocurre esto? No lo sé. Pero yo tengo mi hipótesis que voy a tratar de expresar. El campeón es el punto de llegada, la meta, el objetivo final. Pretendemos que en nuestro criadero sea el punto de partida.
         Esto es un gran error: el ejemplar excepcional es un suceso esporádico; es el ejemplar capaz de expresar el equilibrio entre los giros más profundos y ricos de resonancias acuosas y los metálicos y aflautados; es un compromiso exitoso entre la dulzura, potencia e imaginación, sin errores y con mucho valor. Ese canario ya está en lo más alto y sus hijos no podrán ser mejores.
         Pudiera provenir de una estirpe y entonces llevaría las características del criadero: por ejemplo, tomemos mi pequeño criadero; está constituido en su mayor parte por canarios consanguíneos, con buenas flautas y staaltonen, pocos sonidos de agua (en particular poca o ninguna Klokende y algunos ejemplares con un giro intermedio entre Klok y Bol) y algunos defectuosos (agudos en exceso); ciertamente estoy tratando de mejorar y puede ser que con un golpe de suerte nazca (a lo mejor ya está en el jaulón) un canario equilibrado, sin defectos y completo, que obtenga 120 puntos. ¿De verdad creen que sus hijos obtendrían la misma puntuación?  Creo que no: echándole con una prima o una tía me daría unos hijos con buenas flautas y sonidos metálicos, poco agua y agua defectuosa, tal vez con un valor medio de los hijos ligeramente más alto que los restantes pájaros del criadero. Si este canario estuviese en manos de otro criador que ha seleccionado sus ejemplares en el canto profundo y suave, con bellas ruladas y una buena Klokende suave y curvada, en la próxima generación se encontraría de repente con unos ejemplares que le provocarían una gran desilusión y consideraría totalmente inadecuada la adquisición que hizo.
         Pero los campeones no nacen solo como resultado de la selección en un criadero: pueden nacer de un cruce casual: compro una hembra en el mercado, la pongo con un macho y entre varios hermanos mediocres nace uno que da 120 puntos. Aquí es imposible hacer predicciones, pero ciertamente este ejemplar llevará en el genotipo información muy diversa que en la meiosis se repartirá casualmente y se distribuirá en los hijos al azar, produciendo ejemplares más similares los unos a los otros que a sus padres.  
         Pero los campeones nacen también en otros criaderos llevados racionalmente sin usar la consanguinidad ni los emparejamientos casuales. ¿Cómo hacen estos criadores para sacar campeones? Tal vez tengan un secreto para reconocer a los ejemplares portadores de la información genética necesaria para sacar un campeón, pero que son ejemplares aparentemente normales, sin grandes cualidades: son los canarios que llamamos “canarios de trabajo”, a menudo excelentes en alguna característica, pero que carecen de otras; son canarios de fenotipo mediocre, pero que tienen alguna cosa extra que marca de una forma que no se puede borrar a su descendencia, produciendo campeones. Son los llamados trasmisores (en italiano se llaman razadores porque trasmiten las características de la raza).
          Es opinión extendida en el club italiano del Malinois que en Bélgica se usa un sistema en el que por un lado se crían los canarios que servirán como reproductores y por otro los que darán los campeones. Puede ser que realicen cruzamientos con los Harzer Roller siguiendo esquemas específicos, o que se construyan de alguna otra forma los portadores de genes que darán campeones; o también sacando cientos y cientos de canarios partiendo siempre de ejemplares de calidad, y por las leyes de los grandes números obtener siempre algunos muy buenos. No lo sabemos, pero recuerdo que uno de los propósitos de la investigación que se lleva a cabo en el club italiano del Malinois es tratar de averiguar si hay un sistema racional de cría que pueda conducir a la mejora de nuestros criaderos sin el uso de la consanguinidad.
         Quién ha tenido la paciencia de leer hasta aquí debe estar preguntándose lo que vale la pena comprar desde mi punto de vista. Hasta que la investigación en curso nos pueda proporcionar consejos útiles, sin duda se puede comprar un campeón, sabiendo que sus hijos no saldrán todos campeones (lo más probable es que no salga ninguno), pero introducirá en nuestro criadero un número de genes deseables; pero podemos conseguir un resultado similar a un menor costo al adquirir el hermano del campeón, teniendo cuidado en este caso, de observar que el ejemplar sea  excelente en los giros más débiles en nuestro criadero y que no muestre evidentes defectos "contagiosas". Otra alternativa es confiar en el criador a quien se compra, tratando de convencerle para que nos ceda algún canario ya probado  como reproductor  y cuyos hijos sean  excelentes en los giros en los que los canarios de nuestro criadero son más flojos.
         Por supuesto, la ventajas que tiene el campeón es que sería el mejor maestro para el canario principiante; cantando en nuestra presencia, podría llenarnos de esas sensaciones agradables que todos tenemos presentes y que no se pueden explicar a aquellos que no comparten nuestra pasión y que no sienten lo más mínimo el disfrute interno de escuchar el canto del Malinois.
         Emanuele


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