Una
de las cuestiones esenciales para los criadores de canarios de canto es: ¿Qué
recursos debe utilizar el criador para perfeccionar el canto de sus canarios?
Es una pregunta que no ha perdido nada de su actualidad, es decir, después de
casi cinco siglos de cría de canarios de canto todavía no se ha encontrado una
respuesta concluyente.
En
el transcurso del tiempo ha habido dos teorías que han intentado dar respuesta
a esta cuestión: La teoría Clásica y la teoría de Weyling.
La teoría Clásica dice que el canario debe
escuchar desde el nacimiento una canción de calidad que será la que desarrolle
cuando sea adulto. Esta teoría da una enorme importancia al aprendizaje del
canto, es decir, al ambiente en el que crece y en el que está el canario.
Consecuentemente se insiste mucho en la
gran importancia del “maestro” o “profesor” de canto y en todo el
proceso de aprendizaje de los jóvenes.
Weyling,
en su teoría, asume que el canto del canario está determinando por factores
hereditarios. Al igual que el color de los canarios se transmite de padres a
hijos, el canto del canario también se transmite. Partiendo de esta premisa se
insiste mucho en la elaboración de programas o planes para seleccionar a los
reproductores, de forma que los hijos hereden sus buenas cualidades para el
canto.
En
los años 80 hubo un apasionado debate, que llega hasta nuestros días, sobre
cuál de las dos teorías era más útil para mejorar la canción, es decir,
determinar en qué medida la herencia y el ambiente determinan el canto de un
canario. Este debate ha tenido una gran importancia y trascendencia pues de él
han salido conclusiones para los criadores sobre qué factores o aspectos se
deben tener en cuenta de la herencia y del ambiente para mejorar el canto.
Profundicemos
un poco en ambas teorías.
LA TEORÍA CLÁSICA.
En prácticamente
todos los libros sobre los canarios se describe como los hombres, desde el
siglo 16, han intentado influir en el canto del canario. El punto de partida de
este proceso ha sido siempre el talento o capacidad del canario para imitar los
sonidos que escuchaba. Se utilizaron silbatos, artilugios diversos, ruiseñores,
pinzones reales, etc. para conseguir que cantase como el criador quería.
Desgraciadamente los resultados de estas experiencias no se conocen. Cuando se
empiezan a criar y seleccionar los pájaros por su canto se piensa que el
canario canta la canción que oye desde su nacimiento, que es la canción de su
padre y congéneres. Esta teoría u opinión contiene elementos valiosos y se
denomina la teoría clásica.
La canción
del canario se fue perfeccionando cada vez más y se crearon auténticas familias
de criadores que se fueron especializando en un determinado tipo de canto, que
era el que se enseñaba a los jóvenes. Como reproductores, y como maestros, se
utilizaban aquellos ejemplares que mejor emitían ese tipo de canto. Ahora
sabemos que la genética ya estaba en acción, al seleccionar a los que cantaban
de determinada manera se estaban seleccionando a los ejemplares cuyos genes
posibilitaban y facilitaban el canto de esa forma. Pero eso no lo sabían los
criadores, el punto fuerte de su método de cría estaba en conseguir un ambiente
que facilitase el aprendizaje de la canción, estaba en conseguir una escuela de
canto.
En la
literatura holandesa encontramos el libro de JH Beekman "De
Kanarievogel". (1900) en el que se insiste para que los criadores no
descuiden el medio ambiente vocal o de aprendizaje frente a los factores
hereditarios. Este libro tuvo muchísima influencia y dejó en un segundo plano
la literatura que empezó a surgir sobre la importancia de la herencia. Para los
criadores la consecución de la calidad justificaba las dudas sobre las nuevas
teorías.
Beekman
se basa en lo que ocurre con los Harzers y sus escuelas de canto en esa época,
en la que había hasta 4 troncos o estirpes principales con notables variaciones
entre ellas, que se suponían que derivaban de las diversas técnicas de canto
que aplicaban los criadores.
La influencia de este libro y de la teoría
clásica es muy grande. En un folleto que data 1922 titulado "El
Waterslager belga", escribe B. Peleman, "La práctica de un aprendizaje
correcto juega un papel clave en el Waterslager belga (...) Si uno pone uno o
más buenos maestros cantores, con doce o quince jóvenes por profesor, tan pronto como sea posible, incluso cuando
están en el nido, y si los aprendices son realmente buenos Waterslagers,
aprenden el canto del maestro. (…) Los sonidos defectuosos, chirridos o canto
de otras aves, han de ser cuidadosamente excluidos. (...) Durante la primera
muda las aves jóvenes aprenden mejor. Por lo tanto es muy conveniente (es incluso necesario) que en este período el
profesor o profesores estén cantando con ellos.
(continuará)
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